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Testimonios

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Cuando deseé tener un bebé y visité al ginecólogo fue cuando me enteré que en el interior de mi matriz tenía un mioma de 10 x 11 cm; me informaron que nunca me iba a poder embarazar porque si lo hacía corría un gran riesgo de abortar al bebé por el tamaño del mioma. Así empezó mi peregrinar; fui con un ginecólogo y con otro y siempre escuchaba la misma historia: me tenían que sacar la matriz por el mioma. Uno de ellos me daba una esperanza de 30% para reconstruir y que ésta quedara inhabilitada para el embarazo. Realmente me sentía triste y desolada porque lo que más deseaba era tener un bebé.

Un día conocí a la Doctora Guadalupe Guerrero. Ella fue la que me dio una esperanza al hablarme de la embolización, que consistía en tapar un conducto de la arteria principal que alimentaba el mioma, entonces este se empieza a hacerse pequeño, con lo cual podría embarazarme. Yo realmente creía que era un milagro el que me dieran esperanza de tener el bebé que tanto deseaba. En el 2002 la Doctora Guerrero me realizó dos embolizaciones, lo que permitió que el mioma se redujera de tamaño.

Finalmente, gracias a la Doctora Guerrero logré embarazarme por la embolización que me practicó salvo mi matriz y tuve una bella niña que se llama Elisa.

María Escoto




Hace dos años, en una revisión ginecológica, me detectaron miomas. La Dra. Guerrero realizó un unltrasonido y se corroboró el diagnóstico. Como no había síntomas, no se dio tratamiento. En Diciembre de 2012 empezó un sangrado transvaginal entre moderado y ligero con una duración de casi 30 días. En esta ocasión acudí con la Dra. Guerrero para un segundo ultrasonido. La Dra. me sugirió embolizar los miomas en lugar de realizar una histerectomía (el tratamiento común).

La embolización se llevó a cabo el 15 de Junio. No tuve problemas en el postoperatorio, sólo náuseas durante 24 horas. Después de esto no he tenido ningún dolor, el sangrado continuó siendo ligero y, a las tres semanas se me aplicó un dispositivo intrauterino que libera progesterona. El sangrado casi ha desaparecido por completo.

Martha Riveroll




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Mi nombre es Andrea Chávez, la primera vez que me enteré que tenía miomas en la matriz fue a los 26 años, y la alternativa que me daban en ese tiempo era embarazarme para posteriormente retirar los miomas, en ese tiempo mis planes de vida eran profesionales por lo que dejé pasar tiempo y cada vez que consultaba a otro ginecólogo la respuesta era la misma además de que los miomas seguían creciendo y los malestares físicos persistían, intenté probar con medicina alternativa, pero solo aminoraba los malestares además de que emocionalmente me sentía muy mal y deprimida pues la única alternativa que me daban era la cirugía con posible histerectomía (retirar el útero) y eso me aterraba.

Ya casi por cumplir los 30´s un día regresando de una consulta decidí investigar sobre el tratamiento de miomas en Internet y dí con un link que decía “Embolización procedimiento no quirúrgico para el tratamiento de miomas” leí sobre qué se trataba y apareció el teléfono del consultorio de la Dra. Guadalupe Guerrero inmediatamente le llamé y muy amablemente me comunicaron con ella quien después de una breve entrevista me dijo honestamente que había que ver mi caso pues no todos los miomas se podían tratar con esta técnica, me dio una cita y a partir de ese momento sentía un poco de alivio ya estando con ella me explicó a detalle en qué consistía la “embolización” me revisó y lo mejor fue que a pesar de lo grande que estaba el mioma sí era tratable, ese día para mi fue inolvidable casi como volver a nacer, me sometí al procedimiento todo fue muy bien y ahora después de 6 años de que me sometí a la embolización he podido tener un embarazo tranquilo y feliz, agradezco a la doctora por su excelente trato y atención, recomiendo ampliamente a todas las mujeres que padecen de miomas uterinos este procedimiento.

¡Muchas gracias Dra. Guadalupe!

Andrea Chávez




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Me diagnosticaron un mioma submucoso de 11cm a los 35 años.

Me di cuenta que algo raro estaba pasando porque empecé a sangrar de una manera abundante y con cólicos muy fuertes, así que decidí ir al médico porque hasta ese momento mi ciclo menstrual siempre había sido regular, con poco sangrado y sin dolor.

A partir de entonces mi vida se transformó porque mis periodos se alargaron mucho y mi sangrado se hizo cada vez más abundante, dando como resultado una anemia severa.

Acudí a varias consultas con ginecólogos, me mandaron a hacer estudios y fue así que me detectaron el mioma.

Las opciones que me dieron fueron quitar el útero (histerectomía) o tratar de retirar el mioma (miomerectomía), pero si el mioma se encontraba muy pegado al útero, la opción terminaba siendo la misma, quitar el útero.

La idea de quedarme sin un órgano me parecía muy agresiva, además de eliminar por completo la posibilidad de tener hijos.

Mi cuñada investigó acerca del tema y me concertó una cita con la Dra. Guadalupe Guerrero, quien le había realizado una embolización a una amiga suya con mucho éxito. En ese momento yo ya tenía muy poca energía, me sentía agotada anímicamente y ya no tenía paciencia para ver otras opciones, pero finalmente accedí.

Con una resonancia magnética de útero la Dra. comprobó que mi mioma era tipo submucoso y medía 11cm. La opción que me dio fue embolizar las arterias uterinas para evitar que el mioma se siguiera alimentando y creciendo, logrando así que en el transcurso de un año, el mioma, al no tener forma de alimentarse finalmente muriera. Decidí que esta opción era la más adecuada para mí.

El día de la embolización todo fue muy rápido. Los días posteriores hubo dolor y un poco de sangrado. Quince días después los dolores se volvieron mas intensos y noté un flujo blanquecino, la Dra. concluyó que el mioma estaba en fase abortiva y después de varios días mi cuerpo por sí mismo lo expulsó. Esta situación fue muy impactante, pero verdaderamente creo que valió mucho la pena. La Dra estuvo al pendiente de mi todo el tiempo.

Luego de algunos estudios se comprobó que yo me encontraba en perfectas condiciones y mi vida volvió a la normalidad. Hoy a un año de la intervención me siento muy contenta de haber tomado esta opción, mis periodos menstruales son regulares, con poco sangrado y sin cólicos, estoy muy satisfecha con el resultado y algo que me parece fundamental es que no tengo ninguna cicatriz en mi cuerpo.

Patricia Cancino

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